Los ñandúes, aves nativas características de la estepa patagónica, y sus crías, conocidas popularmente como charitos, se desplazan principalmente por los montes y pastizales naturales que rodean el área y el centro de interpretación. Al no estar habituadas al contacto con la población ni al tránsito vehicular, suelen cruzar caminos de manera imprevista, lo que incrementa el riesgo de atropellamientos.
Desde la Secretaria de Ambiente y Cambio Climático se remarcó que la conservación del monte nativo resulta clave para la supervivencia de estas especies, ya que la deforestación y la tala indiscriminada reducen su hábitat natural y las obligan a desplazarse hacia zonas de mayor circulación. En este sentido, el carácter de área protegida de Punta Bermeja permite resguardar estos ambientes, aunque el compromiso ciudadano sigue siendo fundamental.
Reducir la velocidad y circular atentos puede evitar la muerte de un animal silvestre, señala el Cuerpo de Guardas Ambientales, al tiempo que destacaron que la protección de la fauna forma parte de una política de conservación que busca preservar la biodiversidad y promover una convivencia responsable.
Finalmente, se solicita a quienes transitan por la zona respetar las señalizaciones, conducir con precaución y evitar maniobras bruscas, especialmente en sectores de monte y banquinas naturales, contribuyendo así al cuidado de una de las especies emblemáticas del territorio rionegrino.